Naturaleza
El entorno natural y la riqueza paisajística y medioambiental de Collado Mediano son los mayores activos de la comarca. Con su privilegiada situación en el centro de la Sierra de Guadarrama, en la parte noroeste de la Comunidad de Madrid, entre las elevaciones que constituyen el descenso progresivo de la línea principal de cumbres de la Sierra de Guadarrama y la alineación de la Sierra de Hoyo. En la zona alta del término destacan Peña Rubia, Cabeza Mediana y la Sierra del Castillo, a cuyo pie se encuentra el monumento rocoso natural conocido como La Cobañera.
En la parte más baja del pueblo encontramos zonas adehesadas, ricas en centenarios fresnos, robles y encinas, salpicadas de alcornoques.Todo ello configura un riquísimo y variado entorno, que constituye el mayor tesoro y auténtica seña de identidad de Collado Mediano.
Los árboles más frecuentes en la dehesa de Collado son los fresnos, al igual que en otros muchos lugares de la vertiente sur del Guadarrama. Suele encontrarse en sitios con una cierta humedad en el suelo. Junto con otras fincas de pastos, la dehesa comunal está situada en la parte más baja del pueblo.
Los melojos, antaño más abundantes, son frecuentes en las dehesas, que junto con la encina y algunos ejemplares aislados de alcornoques (frecuentes hace siglos) son los elementos más importantes.
La encina es menos exigente en humedad que los otros, pero cuando crece en suelos secos, poco profundos, y está mal cuidada, presenta porte de ”chaparro”. Puede verse a la encina en las laderas rocosas del Cerro del Castillo, mientras que los fresnos los encontramos en los valles que se extienden al pie de éste, al ser más exigentes en agua.
En la Edad Media los bosques debían ocupar grandes extensiones en las laderas de la Sierra de Guadarrama. En el siglo XIV, Alfonso XI cita, en el libro de la Montería los alcornocales de Collado Mediano, de los cuales hoy no quedan más que algunos ejemplares aislados. En el siglo XVIII, el rey Felipe V da autorización al concejo de Collado Villalba para que “corte y entresaque, de su bosque propio, hasta 30.000 arrobas de carbón “. Esto da idea de la extensión y cantidad del referido bosque. Durante ese siglo y el siguiente los bosques de la zona son transformados y sustituidos sin cesar por pastos y tierra de labor.
El Cerro del Castillo, telón de fondo del pueblo, no escapó a ese proceso. Hace algunos siglos probablemente ofrecía una imagen dominada por el bosque, en el que debían abundar quejigos y robles en la ladera norte y encinas y enebros en la sur.
Los testimonios de comienzo de siglo, sin embargo, nos dicen que el cerro estaba completamente pelado. Los cultivos cubrían las faldas de las laderas los numerosos rebaños pastaban habitualmente por él, y la gente recogía las matas casi antes de que habían asomado de la tierra. Esa situación se prolongó hasta después de la guerra civil.
Hacia 1940 se realizó la repoblación de los actuales pinares. Se plantaron dos especies de pinos: negral o resinero, y silvestre, de Valsaín o albar. El pino negral se ha plantado en las partes bajas y en la solana, es decir, en las zonas más secas. Una vez que los pinos han crecido el cerro presenta de nuevo un aspecto diferente al de hace medio siglo y alberga a otros animales.
En el Cerro del Castillo se dan dos tipos de jara: la pringosa y la de hoja de laurel. La primera se extiende por la solana y partes bajas donde el suelo tiene menor humedad. La jara de hoja de laurel crece en la umbría y zonas altas.
De las especies de árboles del bosque natural, sólo quedan unos ejemplares de encina y enebro, es decir, los que mejor resisten las actuales condiciones de sequía y erosión de los suelos.
Bajo el pinar repoblado van naciendo las plantas espontáneas de la zona: jaras y otros matorrales, encinas, enebros, etc. Al desaparecer la ganadería y los buscadores de leña, aumenta la masa de matorrales y de plantas herbáceas altas como el berceo.
Aunque poco abundantes, es posible ver corzos en el Cerro del Castillo. En los últimos años se han extendido a partir de los pinares de Valsaín donde tienen sus núcleos más densos. A partir de los años 60 también el jabalí hizo de nuevo su aparición. Son frecuentes sus hozaduras en las praderas donde busca bulbos y raíces. El zorro también tiene presencia en la zona de Collado Mediano.
Ciertas aves rapaces han resistido con éxito las injustificadas y continuas persecuciones a que han sido sometidas por el hombre. La mayor parte de ellas han retirado sus nidos a zonas menos frecuentadas utilizando el resto del territorio como zona de caza. Actualmente está penado por la ley matar o capturar a estos animales.
El ratonero, es una rapaz muy útil por el gran consumo que hace de roedores perjudiciales. Es fácil verle planear desde el Cerro del Castillo y oír sus gritos semejantes a maullidos.
Es sencillo observar milanos reales planeando, buscando pequeñas presas. En primavera y verano también se avistan águilas calzadas buscando incansablemente conejos y otras presas para alimentar a sus polluelos.
Otro pequeño depredador de nuestros campos es el alcaudón, el cual clava a sus presas en las espinas de las zarzas para después comérselas.
Desde el Cerro del Castillo no es raro poder observar otras rapaces en vuelo, como águilas reales y culebreras.
La silueta del buitre leonado es aún frecuente de ver. Más raramente, también la del buitre negro. Las causas de esta reducción parece ser debidas a la menor abundancia de cadáveres de grandes animales, ocasionada por la casi desaparición del numero ganado que pastaba.
Bastantes pájaros como los pinzones, escribanos, collalbas, herrerillos, totovías, currucas, carboneros, pájaros carpinteros, etc, son abundantes y fáciles de observar.
En primavera y principios del verano, el cerro del castillo permite la observación de distintas especies de mariposas. Existen unas 50 especies diurnas en Collado Mediano y un número mucho mayor de nocturnas. Estos y otros insectos se alimentan de plantas y flores, y a su vez, ellos son alimentos para pájaros y otros animales.
Collado Mediano. Hombre y naturaleza a través del tiempo
En 1982 vio la luz este libro de ecólogo Fernando González Bernáldez, Cristina Herrero y Antonio Pou editado por el Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid. Esta singular obra de texto manuscrito e ilustraciones como las que se recogen en esta página fue reeditado en 2003 por el Ayuntamiento de Collado Mediano y la Comunidad de Madrid. Sin duda es un libro de referencia y una verdadera joya para quienes aprecien los valores ambientales de la sierra y de nuestro municipio.
El libro se enmarca en el programa de la UNESCO «Hombre y Biosfera» con objetivos de investigación, conservación y educación, para facilitar a los ciudadanos la comprensión del entorno que les rodea y su medio ambiente. Los trabajos en España comenzaron en Madrid en diciembre de 1980, y a propuesta de la Diputación Provincial, fue elegido Collado Mediano como punto representativo de la Sierra del Guadarrama y la influencia que la ciudad de Madrid ejerce sobre ella.
Según los autores la intención de esta obra ha sido ofrecer un libro de divulgación en el que tenga cabida tanto la experiencia práctica del hombre de campo, como otros conocimientos teóricos. Con ello pretendemos poner de manifiesto las relaciones existentes entre distintas formas de entender y usar un mismo espacio, frecuentemente no contradictorias sino complementarias.
Árboles singulares de la Comunidad de Madrid
El artículo 2 del Decreto 18/1992, de 26 de marzo, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el Catálogo Regional de especies amenazadas de Fauna y Flora silvestres y se crea la categoría de Árboles Singulares, expresa que “los ejemplares de flora que por características extraordinarias, por su rareza, excelencia de porte, edad, tamaño, significado histórico, cultural o científica, constituyen un patrimonio merecedor de especial protección por parte de la Administración”. Los ejemplares, como seres vivos, crecen y mueren, por lo que, el catálogo puede que se modifique con respecto al que aquí se muestra, excluyendo especies y agregándose otras.
Alcornoque de la Dehesa de la Jara
Quercus suber.
Altura: 10 metros.
Diámetro de copa: 16 metros.
Perímetro del tronco: 3,70 metros.
Edad aproximada: 300 años.
Altitud: 992 metros.
Fecha de la imagen: 22/02/2016.
Acceso:
En la Calle de la Jara Nº 25 hay una cancha de baloncesto, en la valla de piedra hay una pequeña portezuela que da acceso a la dehesa. A la derecha, como a poco más de 100 metros, se encuentra el alcornoque sobre unas rocas.
En la Comunidad de Madrid es una especie escasa, suelen aparecer aislados a pie de sierra o formando pequeños grupos.
Castaño de Indias de Collado Mediano
Aesculus hippocastanum.
Altura: sin datos.
Diámetro de copa: sin datos.
Perímetro del tronco: sin datos.
Edad aproximada: sin datos.
Altitud: 1.017 metros.
Fecha de la imagen: 22/02/2016.
Acceso:
Enfrente de la Casa de la Cultura, en la confluencia de la Avenida de Buenos Aires y la Calle Real. Se encuentra en un jardín privado, pero es perfectamente visible. Da sombra a un aparcamiento público.