BIENVENIDOS A COLLADO MEDIANO…LA ESTANCIA TRANQUILA

Collado Mediano es un municipio serrano situado a 48 kilómetros al noroeste de Madrid.  Debido  a su ubicación privilegiada en la Sierra de Guadarrama, parece haber sido una encrucijada de caminos y de vías pecuarias. No en vano los romanos eligieron este lugar para la construcción de una posada antes de proseguir la marcha para atravesarla o bien para descansar tras haberla superado, sin duda seducidos por la riqueza paisajística y la paz que se respira en el lugar.  Un lugar que invita al sosiego, a la calma, a respirar aire puro disfrutando de unas vistas de la Sierra  que reconfortan al espíritu.

Collado Mediano cuenta con un entorno natural privilegiado, repleto de caminos, sendas, cordeles y dehesas para ser explorados en multiples opciones de rutas siendo destino ideal de senderistas, ciclistas, amantes de los caballos y paseantes. 

Su impresionante paisaje nos ofrece una panorámica que abarca gran parte de la Sierra de Guadarrama. Su geografía comprende al norte Jarahonda y la Sierra del Castillo (formada por el Cerro del Castillo que cuenta con el monumento natural “La Cobañera”, numerosos manantiales  en  cuyas faldas se asienta el pueblo, y el Cerro Jaralón),  Monte Redondo y Cabeza Mediana  al este, aparte de otros cerros menores.

Cuando las prisas y la rutina nos envuelven, es momento de hacer una pausa y buscar el lugar sosegado que nos permita volver a reencontrarnos, Collado Mediano es ese lugar. Te invitamos a conocerlo y a disfrutar de sus magníficos paisajes y de la paz reinante.

¿Qué hacer en Collado Mediano?

Puedes comenzar  la jornada con la visita de la Posada Romana y  su centro de interpretación, un lugar único en nuestra comunidad, sumergiéndote en la cultura romana que te transportará a otras épocas.  Disfrutar de un paseo por el monte, mirador insuperable desde donde vas a poder apreciar inmejorables vistas tanto de la Sierra de Guadarrama como del extenso valle de alrededor. Tras la parada para descansar y tomar algo, proseguir la visita por el pueblo sin prisa, vagando por sus calles  que aún conservan el sabor de los  pueblos pequeños, de los que ya quedan pocos o seguir una de nuestras rutas urbanas. Deleitarte con las pinturas que adornan numerosas fachadas, y finalmente acercarte al teatro para terminar con una sesión de cine o del evento del día. Terminando la jornada con el espíritu repleto.